domingo, 28 de julio de 2013

Régimen de visita



Coche vuelve sin pasajero
a estacionarse solitario
junto a cuna tendida
que lo espera casi a diario.

Juguetes sobre ella
esperando, quietos,
como si se durmieran,
como si hubieran muerto.

Habitación pequeña
sombra larga de la puerta,
eternamente entreabierta
silenciosa, polvorienta.

La ovejita en la pared
ya no salta, toda quieta
como si fuera un dibujo
incoloro, solitario.

Las sonajas no suenan
duermen flojas, sin batirse
y las lunitas y estrellas
no dan cuerda, solo cuelgan.

Libros de tapa dura
tan cerrados, desolados,
con sus paginas pegadas
y las marcas de su diente.

El baberito de tela
sin aroma, no ha comido
no pudo abrazar su cuello
ni se ha posado en su pecho.

El pasajero inocente
bajo algún techo estrellado
llenando de luz a la madre
y a sus cosas de ese lado.

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